Carta Abierta – Jorge Varona, Diputado Plurinominal PRI

Apreciado Sr. Varona…

En un ejercicio extraño de afinidad selectiva y pensando que hay demasiados pies caminando sobre la faz de la tierra (aunque algunos hablan más de la plaga de guajolotes en la Sierra Fría, caminando sobre sus casas) y otros tantos mas sobre los seres humanos que caminan donde no deberían, decidí compartir con usted los siguientes pensamientos.

Es evidente y manifiesto, en sus acciones, que usted se independizo de las necesidades y reclamos sociales de nuestro mundo hidrocálido (creo que la forma políticamente correcta de decirlo sería Aguascalentenses). En su última diarrea mental compartida en la cual culpa al usurpador Felipe de Calderón Hinojosa de los males que hay en el Instituto de Educación (millonarios desfalcos pues) y llama sinvergüenza al Gobernador del vecino Estado de PRIcatecas, (poco le falto decir que la culpa por el desfalco en el IEA de Aguascalientes y la inseguridad en PRIcatecas era de Luis Armando, el inocentísimo).

Ya usted independizado de todos los males y reclamos de la sociedad, de su partido y del Gobernador, me pregunte si usted es de los que cree que el estado debería de identificar a sus ciudadanos no por huellas dactilares sino por sus esfínteres, los cuales, tal vez a su parecer, son mas irrepetibles (como su persona) que las yemas de los dedos? Imagínese usted, si las yemas de los dedos son la entrada al sentir del alma, y los pies el timón de la vida, ¿adónde lo están llevando los suyos?

Creo que lo de las yemas de los dedos es algo en si “personalísimo” diría yo, lo de los pies creo que voluntariamente es más sencillo de controlar, y dirigirlos en buen camino mucho más fácil que ordenar a las yemas de los dedos donde tocar, y donde no. Aunque Neruda haya dicho que “La Patria esta en los ojos” con las decisiones que toma yo empiezo a pensar que usted la patria la tiene en lo que a con huellas dactilares yo comparo.

¡Si usted dice representarnos!, creo, en toda mi sapiencia representada en usted, aunque se independice, se ha adueñado de lo más recóndito de una persona al punto que nos hace ver, como el indio Juan Diego, postrados en nuestras rodillas pidiendo a un representante popular “independizado de los intereses públicos” rogando por nuestros derechos.

El fiscalizar un órgano descentralizado de gobierno es un derecho ciudadano representado en su persona y su persona ante el congreso. Aunque insisto, como jefe absoluto de la bancada “mixta” a conveniencia, sus decisiones revelan mas la necesidad del estado, lo sostengo, de identificarnos y nuestras necesidades no por nuestras huellas dactilares, sino por otra anatomía de nuestros cuerpos.

Quisiera me pidiera prestadas mis piernas, para que las caminen donde su pies en estos días no lo llevan, que lo paseen por el mundo de carencias, en los barrios marginados, en la vecindad de lo injusto, que lo lleven a los bolsillos vacios del ciudadano, donde los soñolientos niños (por hambre) hoy no despiertan, que las piernas que me pida prestadas lo ayuden a correr por el rumbo de lo correcto y no de lo indecente, y si así usted lo decide; que le ayuden a caminar del ser verdugo temporal al camino tranquilo de un ciudadano común.

Ojala y al prestarle mis piernas, puedan llevarlo a ver lo que a mí el caminar me ha enseñado.

En esta, me sentí casi bohemio.

Por: Antonio Mercher